jueves, 8 de diciembre de 2011

Tiempo de leer, tiempo de escribir


(el autor en Copenhague)


En nuestras vidas hay un tiempo para leer y otro para escribir. Y siempre es tiempo de vivir la vida, hasta la muerte.

Tiempo de amar, tiempo de jugar, tiempo de viajar. Tiempos de placer, tiempo de seducir.

Y, siempre, tiempo de escribir para contar nuestras vidas, nuestros juegos de amor y de muerte. Y nuestros sueños sobre otras vidas distintas de las por nosotros vividas.


Hoy es tiempo de escribir estas líneas, que son para Haydée Norma Podestá (http://realidadyproyecciones.blogspot.com/)y para todos cuantos vagan por mis cuadernos ciberespaciales y bloggerinos.

“Siempre fui niño de mal dormir. Leía por la noche hasta las tantas. Primero a Salgari, Richmal Crompton, Walter Scott, Agatha Christie, la colección Araluce de cabo a rabo, Jack London, H.G. Wells, Verne y Stevenson... Enseguida, todo lo que había en la biblioteca de la casa de Madrid: desde Armando Palacio Valdés a Blasco Ibáñez, pasando por Pérez Galdós, Pedro Antonio de Alarcón o Pereda. Me daba igual Currito de la Cruz, que Cañas y Barro, Trafalgar o la Casa de la Troya. También me apasionaron las “Mil y Una Noches”, versión de Blasco Ibáñez. El reloj de campanadas del gran salón de la planta baja de la casona me anunciaba muchas madrugadas. Y yo leía y leía... a François Mauriac, Sommerset Maughan, Harry Stephen Keller, Stefan Zweig, Pearl S. Buck, Axel Munthe, Graham Greene, Edgar A. Poe, Dostoyewski o Tolstoi.”

Lo anterior quedó escrito por mí en el relato “Granada: casería de los Cipreses”:



http://cuentosencarneviva.blogspot.com/2008/06/granada-casera-de-los-cipreses.html)

“”Con ella leí “El Cuarteto de Alejandría” de Durrell. A Henry Miller también: los dos trópicos, Nexus, Plexus y lo demás. Leímos la Rayuela de Cortá­zar, el Bomarzo de Mújica Lainez, y el Jardín de los Finzi Contini de Giorgio Bassani. ¡Bendita editorial Losada. Buenos Aires. Argentina!

También leímos juntos, y en voz alta, a Gore Vidal, a Kerouac, a Rimbaud, a Mallarmé, a Verlaine. Y ¡cómo no! el inevitable “Bonjour tristesse” de la Sagan y la “Nada” de Laforet. Escritores malditos, todos, ellos y ellas””.

Los párrafos anteriores escritos fueron por mí en “La primavera de Clara”:

http://cuentosencarneviva.blogspot.com/2008/01/la-primavera-de-clara_15.html


“Sin remedio, que no lo tengo.
Me pregunta una lectora:

- ¿Por qué no escribes de una vez por todas un libro gordo?

Como tampoco tengo propósito de la enmienda, voy a explicarme ahora.

Mi escritura, aunque esté mal el comparar, está en la órbita de la cortedad en el decir –Gracián- y obedece a la estética de lo menos.

Estas obritas mías evitan ocupar muchas horas de mis lectores, que a buen seguro las necesitan para otros menesteres.

Además, cierto pudor me impide publicar nada que sea más extenso de lo que yo acostumbro a leer. Soy présbita y mi ánimo también está cansado. Y cada edad tiene su literatura.

A mis años gusta más y cuesta menos leer poesía que prosa. Las novelas que merecen la pena, leídas fueron por mí cuando podía hacerlo a la luz de una vela.

Así lo veo yo: si te gusta escribir, hazlo breve y lee poco mientras rellenas cuartillas. Si prefieres la ficción, toma algo de tu memoria, aunque no tenga trama ni desenlace. La memoria conserva lo que debe ser archivado y sabe más de ti que tú mismo. Tu caletre no podrá inventar nada mejor que lo realmente vivido.

Otra cosa: lo complicado es conciliar las ganas de vivir con los deseos de escribir.

Por último, si lo que cuenta es el tamaño, junten mis lectoras una docena de estos relatos, de los que troceo en capítulos por entregas, y tendrán un instrumento de buen porte.”

4 comentarios:

  1. Mi querido Manuel María...muchas gracias por el recuerdo de las lecturas compartidas y mayores aún por tener en cuenta mi humilde blog. Me identifico con ese niño y ese adolescente que fuiste porque la mayoría de los autores que mencionás yo los leí por la misma época de mi vida...y estoy segurísima que podríamos mencionar bastantes más que nos fueron comunes...Comparto tu entusiasmo por Losada y te agrego EUDEBA. La colección de cuentos de preadolescencia aquí se llamó - y aún existe- Colección Robin Hood...ahora la leo con mis nietos, metiéndonos en ese maravilloso mundo de la imaginación donde todo es posible.Leí a Sagan...y a Simone de Beauvoir...Devoré a Ciro Alegría, Rómulo Gallegos,Eustasio Rivera,Mujica Laínez (me fascinaron
    "Misteriosa Buenos Aires" y "Aquí vivieron" ), David Viñas...y también leí por esta época desde los norteamericanos( no sé por qué, pero me gustaba Saroyan)hasta toda la serie de autores clásicos de España y Francia(mi profe Frattoni, me está gritando desde la tumba "neoclásicos", como me lo hizo en clase de 1er año de la facu), Dickens, Poe, Oscar Wilde hasta todos los poetas de primera mitad del SXX y todos los libros que caían en mis manos.Como vos, fui un ratón de biblioteca de la de mi padre, de la Biblioteca Argentina, la más grande de mi ciudad y a los 19 de la de la facu de Humanidades (Trabajé en ella tres años como bibliotecaria...¡¡¡guauuu, no sabés TODO lo que descubrí en sus estanterías.)Ay, Manuel María...¡¡¡miles de gracias por todos los recuerdos que afloran de esa genial época de mi vida que fue desde que aprendí a leer hasta mis 23 años en que el ser madre me llevó hacia otras prioridades; aunque jamás dejé mi amor por la lectura...pero hubieron pañales y mamaderas en el medio...y qué bueno es hallar por esta magia de la PC almas gemelas que nunca supuse poder conocer. Te aprecio un tocazo...me gusta a rabiar leer tus textos...y te mando un beso de hermana mayor...que bien puedo serlo por mis añitos. Haydée

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  2. no soy un lector entusiasta,escribo porque mi pluma esta tan llena de tinta ,como mi alma de sentires.
    esta entrada me a venido en el momento justo,en otro momento te aburriré con la explicacion
    he dado con tu blog por medio de una amiga en comun,maría
    excelente lo suyo
    saludos de la patagonia
    Horacio
    http://carna-magno.blogspot.com/

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  3. Hubo un tiempo en que pensé que no tendría tiempo. Bs.

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  4. Qué gozada leer a los que leen...
    Lo twitteo.
    Un saludo.

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Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!