martes, 30 de noviembre de 2010

Christine Keeler


En Londres, el auténtico éxito prenavideño lo constituye la exposición Christine Keeler, My Life in Pictures (en la Mayor Gallery de Cork Street), una muestra de setenta fotografías de la célebre modelo y show girl -llamémosla así- que consiguió poner en la picota en 1963 al Gobierno conservador de Harold Macmillan.

Y todo ello al hacerse público que la avispada muchacha se acostaba al mismo tiempo,aunque a distintas horas, con el secretario de Estado para la Guerra del gobierno de Su Graciosa Majestad, Lord John Profumo, con el proxeneta y narcotraficante Johnny Edgecombe y con el agregado naval de la Embajada soviética en Londres, un tal Yevgeni Ivanov.

Una bicoca para los chicos del MI-5, el afamado servicio de inteligencia británico. De la importancia como icono pop de la Keeler en el imaginario (masculino) del Reino Unido da buena cuenta el hecho de que muchas fotografías (algunas con tiradas de 50 copias y precios superiores a las 1.700 libras) ostentaban el distintivo de vendidas a las pocas horas de abrirse la exposición. Y es que con la Keeler no hay austeridad, ni siquiera millonaria, que valga.

( Sobre un texto de M. Rodríguez Rivero publicado en Babelia )
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martes, 23 de noviembre de 2010

VENEZIA HÚMEDA


( foto izquierda del autor )

...No tengo fuerzas ni para enfermar del mal del viajero. Hoy he conseguido fotografiar la paloma que me ha pegado la gripe aviar o la peste porcina, o lo que sea. La muy cabrona.

Ceno en la trattoria “da Arturo” di Ernesto Ballarín, San Marco 3656. La mejor pasta de Venezia. El camarero tiene más pluma que un palomo cojo. Me pone ojitos de cordero degollado ¡Que Santa Lucía le conserve el olfato, porque la vista la tiene perdida!

Voy a intentar comprar melatonina, yogurt y té verde y manzanas. Ninguno estos cuatro claros objetos de mi casto deseo se encuentran fácilmente en esta ciudad tan bella como triste.

Resulta que el restaurante del signore Ernesto es el preferido de los nobles y de los actores. No siendo yo aristócrata ni parte activa de la farándula, me identifico con ellos. Es la única casa de comidas que me gusta de Venezia. Tardío descubrimiento, pero útil al fin. Lleva abierto 35 años y se come natural, sin queso y senza pescados tóxicos. Papardelle con raddichio. ¡Exquisitas! Alcachofitas y espárragos verdes. Tres sabores amargos, suaves al paladar y digestivos para el foie.

Primera vez en mi vida que deseo volver a la meseta esteparia y mesetaria.

Al día siguiente repito visita culinaria. Ceno otra vez donde el Sr. Ernesto. Fotos con los hermanos Cohen. Con Leonardo di Caprio. Nureyev con María Callas.

Platos creados por el señor Ballarín. Me dejo llevar. Fío demasiado en las mujeres. Por una vez, lo hago en un hombre y ello para elegir la cena que degustaré a solas, como tantas otras veces en esta edad moderna de mis pecados.

Las pequeñas alcachofas son de color violeta. Ya me gustaría pillarlas en Madrid. Los hongos guisados con patatas, cebolla y ajo son la pera limonera. Ya comprendo. Los primeros días me sentí agredido por el saor, el aceto balsámico, el pescado radiactivo y la mozzarella laxante. Este signore me ha reintroducido en el mundo de los sabores humanos. No especies picantes, no peperonni, pero sí ajo, sí plantas aromáticas. Herbamare muy baja en sodio ¡Así, sí!

Entra una señora que huele a mimosa y a mala leche, vestida de Gucci hasta las bragas. Un niño se come un solomillo más grande que Del Piero.

En Venezia los locales son mínimos, no tienen espacio ni para asentar bien las posaderas. Te sientan en cajas de vino y no puedes estirar la pata, que no hay tierra para enterrar a los muertos.

Semirreconciliado, me vuelvo a Madrid mañana. ¡Ciao bella! ¡Arrivederci bellísima!


viernes, 19 de noviembre de 2010

A los principios


( foto Noritosho_Hirakawa )

Mis historias no siempre son relato de recuerdos personales, aunque en su mayoría sí que lo son.
Los seres que en ellas aparecen existen o existieron, pero a trechos. Todos entre sí se prestan rasgos de sus filiaciones y subjetividades.
Las criaturas que no son entes de razón responden en mis cuentos a otros nombres que difieren de los reales. Vamos, que les cambio de gracia. Señora: “¿cuál es su gracia de usted?” Así se preguntaba antes a las damas. Ellas contestaban tal que así: “ Exuperancia, para servir a Dios y a usted” ¡Qué cosas!
En mis historietas, la ficha antropométrica del narrador no se corresponde con la del autor, pero puede personificarle. Aquél, cuando le viene al caso, atribuye a un varón peripecias acaecidas a una hembra, y a la inversa.
Pues señor, érase que se era, sin faltar un sí ni un no, y yo fui y vine y no me dieron nada. ¡En la flor de la vida y sin poderlo ganar!
Va de cuento…


lunes, 15 de noviembre de 2010

VENEZIA AZUL FASCIO


( ambas fotos tomadas por mí con teléfono móvil )

Ceno a solas, para variar, en el restaurante La Taverna del hotel La Fenice.

¡Atiza! Me sirven la mismísima agua mineral naturale que en La Habana. Acqua Panna oligominerale. ¡Esto es cosa de Fidel! Pido dos primeros platos. Zuppa di cipolla, que es suave como la noche y… ¡no lleva costra de queso! Luego unos pequeños gnochis… Suena música cubana… “si me quisieras lo mismo que veinte años atrás…” ¿Alguien quiere y es querido durante veinte larguísimos años? ¡Que levante el dedo! Un mesonero corta un enorme jamón ibérico, antes llamado serrano. ¡En Venezia!

A las tres de la tarde fui el hombre que corría hacia el vaporetto con la servilleta anudada al jersey de cuello vuelto. Era azul, como el fascio y como la puta noche negra.

Me he cruzado con centenares de personas. Una solamente ví que estuviera tan sola como yo. Era una chica pegada a unas gafitas. Ni me miró. La soledad destila misoginia o androginia o misantropía o misogamia o lo que sea. Es difícil de llevar. Tanto o más que soportarse a uno mismo.

El absurdo desencuentro con Emelina, a una hora absurda, me dejó absurdo y agraz sabor de boca.

Gusto de regresar por donde ya estuve. No así en el sexo. Cansa la reincidencia y gusta conocer chicas nuevas. Pero… requiere tantísimo esfuerzo… Me refiero al conocimiento, no a la parte física del amor físico. Tal vez sea esto la madurez.



miércoles, 10 de noviembre de 2010

MALTRATO ANIMAL


(foto Masao Yamamoto)

L'uccello nella gabbia
canta non di piacere ma di rabbia

(El pájaro en la jaula
no canta de placer sino de rabia)

Tomo la cita de Arthur Schopenhauer en su Arte de insultar, a propósito del maltrato a los animales.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

AMOR, INFANCIA, VIDA



( fille perdue )

La vida es siempre más larga que el amor,
y la infancia, tanto o más que la vida.