Mis letras están escritas de balde y en balde. Hablando en plata:
emborrono cuadernos gratuita e inútilmente.
Es decir, que mis deshechos renglones se convierten al vuelo
en libretillas de desecho. ¡Qué ruina tan ruin!
Mis autografías recuerdan a un calabozo abierto
y necesario. Abierto, porque en mi albedrío está dejar de escribir.
Necesario, pues no conozco otra cosa alguna que
llene más mi naturaleza.
¡Ay si pudiera baldear a baldazo limpio mis páginas baldías!
( Arriba: Diario de Sophia y Nathaniel Hawthorne, en las páginas correspondientes a 1862 exposición de The Morgan Library. Abajo, foto tomada con mi móvil N 8 )