Soy persona ordenada por fuera y desordenada por dentro.
Me explico: tengo un exterior clásico y un interior romántico.
Carrocería burguesa con motor ácrata, ¿me siguen?...
Cada día, necesito encerrarme un ratito a solas conmigo mismo
para olisquear en mi desorden interno,
no sea que se halla colado el virus del orden lógico
en mi rayado disco duro.
¡Tranquilo en apariencia, inquieto en esencia!
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Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!