viernes, 4 de febrero de 2011

Hugo Chavez, El Huerfanito IV

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( capítulo cuarto )

Chávez se olvida de que mañana madruga. Me cuenta el ex teniente coronel de paracaidistas las llamadas que recibió de Fidel Castro durante el golpe que le montaron militares y empresarios, el día 11 de abril del año 2002. Mientras Hugo estaba atrincherado en el Palacio de Miraflores, sitiado por las tropas que se alzaron en tan curiosa asonada, Fidel llamaba a su amigo insistiendole para que aguantase el tipo. “¡No te inmoles!”, “no dimitas, no renuncies”, me cuenta Chávez que le aconsejaba Fidel.

La cara de Chávez ha cambiado. Este hombre las pasó canutas hasta que el 14 de abril retomó el poder, gracias a que la división blindada y el regimiento de paracaidistas de Maracay amenazaron con arrasar a sangre y fuego Caracas si Chávez no era restituido. Ayudó y no poco, que el gobierno golpista eligiera como presidente a quien fungía como capo de la confederación de empresarios de allá, un tal Carmona. Empezó su gobierno títere aboliendo, por decreto, todas las instituciones más o menos democráticas.

Certifico que, al emperador Chávez, los recuerdos de su estancia en prisión en Fuerte Tiuna, sede de la comandancia general del ejército venezolano y el de su viajecito posterior en helicóptero a la isla de La Orchila, le conmueven profundamente. Cuarenta y ocho horas feas y amargas.




Yo, a lo mío. Por atún y a ver al duque, pregunto:

- ¿Cómo murió Fidel?

Chávez mudo.

-Decido meterle el dedo en la boca: ¿se despidió Fidel de ti?

Suelta cada palabra como si fueran cálculos renales:

- Ni de mí ni de nadie. Se desvaneció. No me consta su muerte. Fidel no la deseaba. Para mi hermano Fidel, morir era una derrota ante el imperialismo, inadmisible. Cuando escribió en el Gramma: “… tal vez se me escuche. Seré cuidadoso.” entendí clarito su mensaje. De ahí que ahorita ande yo con más ojo. La historia absolverá a Fidel.

De vuelta en el Tamanaco, me aticé un par de tragos de ron destilado en una hacienda de Ocumare del Tuy.




6 comentarios:

  1. Si no te importa me voy a seguir dando al ron, hasta despertar de esta pesadilla.

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  2. No callarían ambos, ni debajo del agua.
    Vaya con la foto de Lacoste, "se va el caimán, se va para Barranquilla" o cantamos "hasta luego cocodrilo".
    Y el 14 de abril, fecha de mi cumpleaños, ¡qué casualidad!
    Como Pilar,con tanto aire del trópico yo también me quiero seriamente emborrachar y no precisamente para entrar en calor.

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  3. Querida Loli:me ha encantado lo que nos cuentas de ti en tu precioso blog. Lo haces sencillamente y sin alharacas: "sin abrir tu puerta, puedes abrir el corazón al mundo" Así eres tú, mi querida Loli.
    ¡Gracias por el premio! Lo tengo ya concedido a "Casa de citas". Mi agradecimiento es entero para ti y tu afecto.

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  4. Pilar, amiga, si quieres librarte de algo, antes debes permitir que florezca...¡Déle, pues, al trago de ron!

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  5. Manuel María, te doy la bienvenida como seguidor de mi blog, veo que compartimos gusto por las letras y también una cierta acidez y escepticismo.
    Salud
    Francesc Cornadó

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  6. ¡Gracias FranÇesc! Ya sabes que Scott Fitzgerald decía que "el optimismo es ese vicio de personas bajas cuando ocupan puestos altos"
    Salud, compadre.

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Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!