( ambas fotos tomadas por mí con teléfono móvil )
Ceno a solas, para variar, en el restaurante La Taverna del hotel La Fenice.
¡Atiza! Me sirven la mismísima agua mineral naturale que en La Habana. Acqua Panna oligominerale. ¡Esto es cosa de Fidel! Pido dos primeros platos. Zuppa di cipolla, que es suave como la noche y… ¡no lleva costra de queso! Luego unos pequeños gnochis… Suena música cubana… “si me quisieras lo mismo que veinte años atrás…” ¿Alguien quiere y es querido durante veinte larguísimos años? ¡Que levante el dedo! Un mesonero corta un enorme jamón ibérico, antes llamado serrano. ¡En Venezia!
A las tres de la tarde fui el hombre que corría hacia el vaporetto con la servilleta anudada al jersey de cuello vuelto. Era azul, como el fascio y como la puta noche negra.
Me he cruzado con centenares de personas. Una solamente ví que estuviera tan sola como yo. Era una chica pegada a unas gafitas. Ni me miró. La soledad destila misoginia o androginia o misantropía o misogamia o lo que sea. Es difícil de llevar. Tanto o más que soportarse a uno mismo.
El absurdo desencuentro con Emelina, a una hora absurda, me dejó absurdo y agraz sabor de boca.
Gusto de regresar por donde ya estuve. No así en el sexo. Cansa la reincidencia y gusta conocer chicas nuevas. Pero… requiere tantísimo esfuerzo… Me refiero al conocimiento, no a la parte física del amor físico. Tal vez sea esto la madurez.
Me encanta tu forma de decir crudas verdades, así, "riéndote" de ti mismo, y despertando en el que lo lee (al menos en mi persona)una sonrisa cómplice.
ResponderEliminarSoledad en Venecia, no se me ocurre peor tortura.
ResponderEliminarVenecia azul cielo azul alma.
ResponderEliminarSolo en tu madurez personal se puede ser como tu eres te ríes de tu sombra y la vida la vives desde dentro de ti te enriqueces interiormente de todo lo que ves en tu entorno acompañado por tu propia madurez así nunca estas solo.
Eres un gran hombre acompañado por el niño que lleva dentro creativo y en su propia soledad frente a la vida y estas feliz así y lo se por que se refleja en tu escritura.
Un abrazo de MA para ti.
Mi muy querida MA, luz de amor en las bellas palabras de tus bellos poemas...
ResponderEliminarTe eché en falta estos días atrás...Abrazos.
Alada Mercedes, la de las gráciles manos que bailan solas, yo escribo para que me quieran, nunca para vengarme de nadie. ¡Gracias!
ResponderEliminarPues sí, amiga Pilar, tortura y larga condena...¡quince días claustrofóbicos! ¡gracias!
ResponderEliminarTal vez sea la madurez...
ResponderEliminarBesos sin soledad.
Pues...será eso, mi querida niña María. Una juventud retardada o la vejez adelantada...¡qué sé yo!
ResponderEliminarQuien pudiera ir a Venecia
ResponderEliminarManuel, amigo mío: ¿y dices que se cruzó en tu camino una chica y ni te miró? no es posible, yo todavía te veo en edad de merecer, algunas están en babia.
ResponderEliminarNo seas vago y sal a conquistar que seguro que tu destino es ganar un amor que dure más de 20 años.
buenas noches y mañana buen día.