"...Guillermo era un loco de las mujeres y era un hombre enamorado. Su madre era una mujer superior y eso siempre le marcó. Él adoraba escuchar a su madre y a las amigas de su madre. Siempre recordaba ese olor a frutas que tenemos las mujeres cuando cruzamos las piernas en el trópico."
Así cuenta de su marido, Guillermo Cabrera Infante, su viuda Miriam Gómez en El País de hoy.
Me encanta el olor de la fruta tropical.
ResponderEliminarSaludos y saludos
HE VIVIDO EN EL SUB-TRÓPICO Y ALLÍ ME ACOSTUMBRÉ...VITAMINAS Y MINERALES...¡AGRADEZCO A JULIO SU COMENTARIO, SIEMPRE BIENVENIDO!
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